Se creen
salvadores de la tierra, se creen dioses del planeta, sobra tinta para ahogar
vuestras penas, sobra tiempo para que os pudráis con letras. Ponte detrás del
cristal trasparente y no dejes el espejo empañado tristemente. Andáis, voláis,
soñáis, ignoráis ¡acaso os creéis algo con vuestras piernas de perdiz! Mira,
por allí van dos fantasmas, sus ojos hablan de lo que recogen por el suelo sus
sucias y agrietadas uñas. Sin cerebro y sin aliento andáis muertos en vuestro
infierno. Grujidos, vales, burbujas sin protección en el interior del
rascacielos. Reír, llorar, arrancar el cuero fundido de la piel de vuestro
trasero. Brinden, canten, por los que estuvieron y no viven en un triste mar
petrolero. Caricias de hielo, fiestas, coches, vulgares, prepotentes, apestáis
en vuestro vientre... Cenizas de falsos deseos caen secas en vuestros
asquerosos y malolientes ombligos. Saltad, rezad, añorad, anhelad, maltratad y
disfrutad todo lo que podáis hasta que venga el ángel del infierno y os haga
pagar, ya veréis como aprenderéis a respetar.
Nadie quiere ser como vosotros.
Tigre.