domingo, 21 de mayo de 2017

Rutinas

A mediados de 1974 explotaban en Buenos Aires diez o doce bombas por la noche. De distinto signo, pero explotaban. Despertarse a las dos o las tres de la madrugada con varios estruendos en cadena, era casi una costumbre. Hasta los niños se hacían a esa rutina.
Un amigo porteño empezó a tomar conciencia de esa adaptación a partir de una noche en que hubo una fuerte explosión en las cercanías de su apartamento, y su hijo, de apenas cinco años, se despertó sobresaltado.
-¿Qué fue eso?, –preguntó.
Mi amigo lo tomó en brazos, lo acarició para tranquilizarlo, pero, conforme a sus principios educativos, le dijo la verdad:
-Fue una bomba.
-¡Qué suerte!, –dijo el niño., Yo creí que era un trueno.


Mario Benedetti

Imagen relacionada
Imagen: https://www.google.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario